martes, 21 de abril de 2009

Coaching


El término coaching ha entrado en la jerga de todo tipo y tamaño de empresas, y es una suerte. Pero, ¿cómo funciona esto? Se pide a veces coaching para mejorar el desempeño de colaboradores encolerizados o apáticos, cuando parece que todo lo demás no funciona, para lanzar una cuerda a algún valiente colaborador que se está dejando la piel en su cometido y a quien quizá sin darnos cuenta tiramos un día al mar embravecido sin chaleco salvavidas.


En otros casos, acudimos al coaching porque la soledad que experimentamos como agentes de decisión nos parece insostenible. El coaching profesional no es más de lo mismo con otras palabras.


La práctica del coaching es una llave maestra para que las personas red-descubran su talento, sus posibilidades, aprendan y enseñen a otros cómo construir el camino para expandir el ámbito de las posibilidades dentro del sistema en el que se mueven: la Organización. Nuestras organizaciones necesitan líderes que actúen como catalizadores de nuevos líderes, directivos capaces de proveer a la organización con nuevas maneras de conversar para generar visiones y abrir espacios inexplorados de indagación y creación conjunta. Este líder de líderes está íntimamente comprometido con una visión amplia de sus propias posibilidades y de las personas que forman la Organización, al tiempo que se muestra permanentemente involucrado en eliminar los obstáculos que impiden la excelencia en el desempeño y el aprendizaje de sus colaboradores.

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